Miguel Ángel Gil nace en el seno de una familia de agricultores en Berlangas de Roa, Burgos. Allí aprendió a jugar al mus y allí lo desarrolló y lo sigue desarrollando con mayor o menor acierto. De joven tenía el sueño de escribir algún día un libro, sueño que se fue disipando con el paso de los años, quizá preocupado por cosas más terrenales y urgentes. Le gusta definirse a sí mismo como autodidacta y, además del ajedrez, el fútbol y la naturaleza, su gran afición son los libros de divulgación científica, el universo, la relatividad o la teoría de la evolución de Darwin. Ya rondando los 50 se decide, por fin, a escribir un libro sobre el mus, tema que, desde luego, no era el soñado en su juventud. Pero, aunque pueda parecer menor, Miguel Ángel lo aborda con tal rigor y profundidad que, con seguridad, no dejará indiferente, ni defraudará, a ningún lector.