Aprendí a dibujar en los márgenes de los libros de texto, y a escribir en el resto de las horas; trozos de horas en lugares distintos. La silueta de la tinta y el resto de los días y noches que espero estar al otro lado de una hoja en blanco. Hoy, treinta y tres años, soltero, vegetariano y melómano. Un número y un libro.