Nosotros, los poetas profanos, forjadores de versos a golpe de lamentos. Que esculpimos las ideas en busca de la belleza con el lenguaje restringido de la supuesta ignorancia y vestimos cada frase con palabras de a diario. No aspiramos al Olimpo de la gloria, reservada para Homero. Ni llenar páginas blancas de retóricas vacías. No seremos, ciertamente, pensadores, ni filósofos lejanos de extrañas conjeturas. Escribimos con el alma y para el alma. Sencillamente los sueños… Sencillamente la vida… Sencillamente poemas…