Canto a Benasque

El viento, el agua, la luz, animados por su movimiento constante, aliados en una catarsis de intensiones, en un depurado impulso por hallar la cima expresiva del paisaje. Una recopilación de búsquedas, de encuentros, de réplicas que dejan su huella removida en la palabra. Aproximaciones múltiples, acercamientos a una realidad plena de sugerencias. Caminos abiertos a la posibilidad de muchos accesos, a la verdad de muchos trayectos perdidos en la totalidad de su dimensión inalcanzable.
Todo un cúmulo de sensaciones que responden a una motivación profunda por escrutar los recursos del lenguaje, rozar sus perfiles, dar consistencia al sentimiento y plasmar su valor estético en la amplia extensión de las montañas. Una extensión del alma a las alturas puras de la inspiración libre, de la superación constante hasta sentir inmediato el último tramo, hasta sentir siempre, a pie de cumbre, las expectativas rendidas ante la intensidad de tanta luz, de tantas alternativas que empujan hacia la culminación definitiva de una llegada concluyente, obligada, insalvable.