Crónicas de mi aldea
Durante la Segunda República, las destrucciones de iglesias, conventos y asesinatos de religiosos y católicos se generalizó. Nadie exigió responsabilidad alguna a los que cometían estas atrocidades, por lo que no es de extrañar que los católicos, la población más numerosa de España, perseguidos y asesinados, desearan una sublevación que estableciese la paz, la justicia, la seguridad social y el orden.
ISBN: 978-84-8198-385-2