La geografía del humo

Estamos a mediados de 1993, en la aún llamada República del Zaire, bajo el gobierno de Mobutu. Pocos meses después, habrá un millón de muertos en la frontera; y una nueva erupción del volcán Nyiragongo volverá a partir en dos la ciudad de Goma.
Ajeno a ello, Galo Niebla viaja como fotógrafo de campo. Persigue la sabana infinita de fauna legendaria, las lagunas oscuras y profundas, los cultivos amables, y, sobre todo, las selvas: esas selvas famosas por sus grandes gorilas, pero también las otras masas de vegetación extravagante y gigantesca que crecen más arriba, junto a las fuentes escondidas del Nilo, sobre los Montes de la Luna, como llamó Ptolomeo al ignoto macizo de Ruwenzori.
Sobrecogido, Galo Niebla busca los paisajes y encuentra a las gentes: nómadas, guerreros, científicos, misioneros, piratas. Misántropo, Galo Niebla busca los instantes nítidos de las fotografías, y encuentra las horas de la luz cambiante, los días del humo, los meses de la engañosa realidad.