El conjuro del chamán

Mis noches son tumbas de majestuosa atracción, conjugando la niebla azul del tormento, leyendo en las tinieblas del horror su dramático silencio, tatuado de locura vomito mi fe en las oscuras cuevas de misterio. Embrujados de luna camina la cultura de los adanidas, despertando en el violento amanecer de los sueños, buscando huellas en la enigmática brisa de luz donde se apoyan los colosos del silencio. La vida es un vuelo respirando atmósferas de sentimientos, nace en la tierra y muere en la tierra, tal vez un beso macabro en el eterno sueño de una condena. Mi grito es milenario tallando sollozos de ámbar en las murallas de piedra, mi corazón es un latido ancestral de silencio y soledad. Mi diccionario de palabras es un ritual de máscaras sin rostro, donde una poderosa mano fantasmal graba, con tinta y sangre, garabatos alquimistas. Es mi néctar de sepulcro, es mi vengativo conjuro oxidando el oro puro.
Es mi búsqueda de mitos poderosos, leyendas imposibles, experiencias de emociones salvajes y mis viajes a la geografía del absurdo.